Priscila y Aquila son una pareja mencionada en el Nuevo Testamento de la Biblia, especialmente en las cartas escritas por el apóstol Pablo.
Priscila y Aquila eran judíos que vivían en Roma y que, como muchos otros, fueron expulsados de la ciudad por un edicto del emperador Claudio que ordenaba la expulsión de todos los judíos. Se trasladaron a Corinto, donde Pablo los conoció por primera vez.
En Corinto, Priscila y Aquila trabajaban como fabricantes de tiendas de campaña, un oficio común entre los judíos de la diáspora. Pablo, que también era fabricante de tiendas de campaña, se hospedó con ellos mientras predicaba en Corinto. Priscila y Aquila se convirtieron en colaboradores cercanos de Pablo en su labor misionera.
La vida de Priscila y Aquila es un ejemplo de servicio fiel y colaboración en la obra del evangelio, así como de hospitalidad y sacrificio por el bien de la comunidad cristiana. Su historia nos enseña la importancia de trabajar juntos en la fe y de apoyar a aquellos que predican el evangelio.