“Después de diez años de habitar Abram en la tierra de Canaán, Sarai, mujer de Abram, tomó a su sierva Agar la Egipcia, y se la dio a su marido Abram por mujer. Y Abram se llegó a Agar, y ella concibió”. (Génesis 16:3-4) Sara asumió una responsabilidad que no le correspondía y tomó una decisión que lamentaría por el resto de su vida.
Todavía seguimos viendo resultados ya que algunas de las tensiones en el Medio Oriente tienen su raíces en que Sara le dio a su criada Agar a su esposo para que procreara un hijo.