Samuel: ¿Por qué no escucho la voz de Dios?
La importancia de estar en un lugar adecuado para escuchar a Dios: Samuel estaba en el templo, un lugar dedicado al servicio de Dios. De manera práctica, esto nos recuerda que la disposición y el espacio en el que estamos pueden influir en nuestra capacidad para escuchar a Dios.
Dios habla en Su tiempo
En la historia, Dios no habla de inmediato. La llamada de Dios fue gradual y se repitió tres veces antes de que Samuel entendiera que era Dios quien lo estaba llamando. A menudo, Dios no nos habla en un momento específico o como esperamos, pero debemos aprender a ser pacientes y a reconocer Su voz cuando llega.
Estar atentos a la voz de Dios
Samuel no reconoció la voz de Dios de inmediato. La historia nos muestra que es necesario entrenarnos para reconocer la voz de Dios, porque Él puede hablar de diferentes maneras: a través de la Biblia, a través de otras personas, o en momentos de oración y reflexión. Necesitamos cultivar una relación cercana con Él para reconocer cuando nos habla.
Responder con obediencia
La respuesta de Samuel fue clave. En lugar de ignorar o distraerse, respondió: «Habla, Señor, que tu siervo escucha». Esta actitud de disponibilidad y obediencia es fundamental para que podamos seguir la guía de Dios en nuestras vidas. No basta con escuchar; debemos estar dispuestos a actuar según Su voluntad, aunque a veces sea difícil o implique sacrificios.
Dios tiene un propósito para nosotros
El mensaje que Dios le dio a Samuel fue uno de juicio, pero también de esperanza. Dios siempre tiene un propósito para nuestra vida, y aunque Su dirección a veces sea difícil de aceptar, siempre es para nuestro bien y para el bien de Su obra en el mundo. Samuel pasó a ser un gran profeta y líder en Israel, y todo comenzó cuando escuchó y respondió a la llamada de Dios.