El concepto de «despojaos del viejo hombre» proviene de la enseñanza del apóstol Pablo en la carta a los Efesios y los Colosenses. En Efesios 4: 22-24, se nos exhorta a:
«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.»
Esta exhortación es una invitación a transformar nuestra vida alejándonos del pecado y adoptando una nueva identidad en Cristo.
¿Qué significa el viejo hombre?
El «viejo hombre» representa nuestra naturaleza pecaminosa, nuestras actitudes y hábitos antes de conocer a Cristo. Incluye cosas como:
Es todo aquello que está ligado al mundo sin Dios y que nos impide experimentar la verdadera libertad en Cristo.
Despojarse es un acto intencional
El verbo «despojarse» implica una acción deliberada. No es automático ni pasivo, sino que requiere nuestra decisión y esfuerzo, con la ayuda del Espíritu Santo. Así como nos quitamos una ropa sucia, debemos dejar atrás lo que no honra a Dios. Esto implica:
Arrepentimiento genuino: Reconocer los pecados y entregarlos a Dios.
Confianza en el poder de Cristo: Él ya venció al pecado y nos da las fuerzas para vivir una vida nueva.