Oseas profetizó durante los reinos de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequias, reyes de Judá; y Jeroboam II, Rey de Israel. Contemporáneo con Isaías (Isaías 1:1), Amós (Amós 1:1), y Miqueas (Miqueas 1:1).
Oseas fue un profeta del reino norteño conocido como Israel, y sus mensajes fueron principalmente para las diez tribus, con solamente una referencia ocasional a Judá. El fondo histórico para su profecía se encuentra en 2 Reyes 14 hasta 16, y 2 Crónicas 26 hasta 32.
Sus mensajes fueron dirigidos contra la declinación creciente de Israel hacia la idolatría, por lo que el reino cayó en cautividad asiria al final de su profecía. Él presentó el pecado de Israel (la idolatría) como adulterio espiritual con la lección de su propia esposa, quien era una mujer pecadora y una esposa infiel.
Dios dijo a Oseas que tomara una mujer fornicaria (de prostitución) como demostración a Israel de la terrible iniquidad del pecado de idolatría (versículo 2). Esto tuvo la intensión de despertar al pueblo de Israel a la realización de la enorme infidelidad a Jehová.
Los israelitas prometieron adorar y servir solamente a Jehová, guardando todos sus mandamientos, por lo que Él les prometió grandes bendiciones y beneficios (Deuteronomio 28:1-14). Los israelitas no cumplieron sus votos, las consecuencias (los castigos de Dios) vinieron sobre ellos.