1 Un día, Noemí supo que Dios había bendecido al país de Israel, dándole abundantes cosechas. 7 Entonces ella y sus nueras se prepararon para irse a Judá. 8 Todavía no habían caminado mucho cuando Noemí les dijo:
—Mejor regresen a vivir con sus familias. Que Dios las trate bien, como ustedes me han tratado a mí y trataron a mis hijos. 9 Pido a Dios que les permita casarse otra vez y formar un nuevo hogar.
Noemí se despidió de ellas con un beso, pero Orfá y Rut empezaron a llorar y 10 a decirle:
—¡No queremos separarnos de ti! ¡Por favor, déjanos ir contigo y vivir entre tu gente!
11-13 Pero Noemí les contestó:
—¡Váyanse, hijas mías! ¿Para qué van a seguirme? Ya no tengo más hijos para que se casen con ustedes, y ya estoy muy vieja para casarme otra vez. Y aun si hoy mismo pudiera casarme y tuviera hijos muy pronto, ¿estarían ustedes dispuestas a esperarlos hasta que ellos crecieran? ¡No, hijas mías, eso es imposible! Yo estoy sufriendo más que ustedes, pues Dios se ha puesto en mi contra.