La historia de Israel después de la separación es una combinación de historias tristes y desalentadoras que se encuentran en la Biblia, se empieza a leer que el pueblo cada vez se aleja más. Desde que Joroboam I construyo dos becerros de oro en la parte norte del nuevo reino para que la gente no bajara hasta Jerusalén a adorar en el templo.
La razón es meramente política, pues si la gente bajaba a adorar Roboam pudiera ganar el corazón de aquellos y quedarse con esa gente en el reino y Joroboam se quedaría poco a poco sin súbditos (1 Reyes 12: 26-27), la gente empezó a caer en el engañosos plan de Jeroboam y empezó a adorar a Baal.