La vida de Job demuestra que los seres humanos a menudo no están conscientes de las muchas maneras en las que Dios obra en la vida de cada creyente. La vida de Job también es una vida que suscita la pregunta de siempre, «¿por qué suceden cosas malas a gente buena?».
Es la pregunta tradicional, y difícil de responder, pero el creyente sabe que Dios siempre está en control, y no importa lo que pase, no hay casualidades, nada sucede al azar.
Job fue un creyente; él sabía que Dios estaba en el trono y en total control, aunque él no tenía forma de saber por qué tantas tragedias terribles ocurrían en su vida.