Jesucristo: ¿Por qué Dios no responde las oraciones de los enfermos?

Dios ve la vida desde una perspectiva eterna, mientras que nosotros a menudo nos enfocamos en el presente. La Biblia enseña que todo lo que ocurre en nuestras vidas, incluso la enfermedad, puede ser usado por Dios para cumplir sus propósitos.

En Juan 9: 3, Jesús explicó que el hombre ciego de nacimiento no estaba enfermo por pecado propio o de sus padres, sino para que las obras de Dios se manifestaran en él. Esto nos recuerda que Dios puede usar el sufrimiento para revelar su gloria y cumplir su plan.

El sufrimiento nos acerca a Dios

Aunque no entendemos por qué Dios permite que algunos permanezcan enfermos, sabemos que a menudo el sufrimiento nos lleva a buscar a Dios más profundamente.

En 2 Corintios 12: 7-10, el apóstol Pablo habló de su «aguijón en la carne», una aflicción que pidió a Dios que quitara. Sin embargo, Dios respondió:

«Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.»
Pablo entendió que su sufrimiento lo hacía depender más de Dios y experimentar su gracia de una manera especial.

Dios tiene un propósito único para cada vida

Cada persona tiene un propósito diferente en el plan de Dios. Algunos son sanados para testificar del poder de Dios, mientras que otros muestran su fe y fortaleza en medio de la enfermedad, como testimonio de confianza en Él.

En Filipenses 1: 20, Pablo expresó su deseo de que Cristo fuera glorificado en su vida, ya sea por su vida o su muerte. Esto nos recuerda que el propósito último de nuestra existencia es glorificar a Dios, independientemente de las circunstancias.

La enfermedad no significa falta de fe

Es un error pensar que si alguien no es sanado es porque carece de fe. Incluso los más grandes siervos de Dios, como Pablo o Timoteo (1 Timoteo 5: 23), enfrentaron enfermedades o debilidades físicas. Dios no mide nuestra espiritualidad por nuestra salud física, sino por nuestra fe, obediencia y confianza en Él.

Dios ya ha provisto la sanidad definitiva

La obra de Cristo en la cruz no solo nos ofrece salvación, sino también la promesa de una restauración completa en el futuro. En Apocalipsis 21:4 se nos asegura que en el cielo «ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor.» Aunque en esta vida experimentamos sufrimiento, los creyentes tenemos la esperanza de una sanidad perfecta y eterna en la presencia de Dios.

El sufrimiento puede tener un impacto redentor

La enfermedad puede ser una herramienta que Dios usa para moldear nuestro carácter y ayudarnos a crecer espiritualmente.

En Romanos 5: 3-5, Pablo dice que el sufrimiento produce paciencia, carácter y esperanza. Además, nuestro testimonio de fe en medio de la enfermedad puede impactar profundamente a quienes nos rodean, llevándolos a buscar a Dios.