Isaías: Consolados para consolar a otros
La consolación es uno de los grandes temas de la Biblia, y se presenta como una manifestación del amor y la misericordia de Dios hacia la humanidad. La palabra «consolación» se refiere al alivio, el apoyo y la fortaleza que se da a quienes sufren.
En las Escrituras, Dios es descrito como el Dios de toda consolación (2 Corintios 1: 3), y ofrece consuelo a sus hijos en sus momentos de dolor, angustia y tribulación.
En este estudio, profundizaremos en varios aspectos de la consolación, ejemplos bíblicos de personas que la recibieron y cómo estas enseñanzas son relevantes para nuestra vida diaria.
El Dios de toda consolación
La Biblia nos enseña que la fuente de todo consuelo es Dios. En 2 Corintios 1: 3-4, Pablo afirma:
«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, con el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios.»
Este pasaje revela varias verdades clave:
- Dios es Padre de misericordias, lo que significa que su compasión está siempre disponible.
- Es el Dios de toda consolación, lo que implica que no hay situación o aflicción que esté fuera de su capacidad para consolar.
- El consuelo que recibimos de Dios tiene un propósito: ser canal de consuelo para otros.