En la vida, cada día estamos llamados a tomar decisiones. Algunas son simples y cotidianas, mientras que otras tienen un impacto significativo en nuestro futuro y el de quienes nos rodean. Como cristianos, estamos llamados a buscar la sabiduría divina en cada decisión que tomamos, reconociendo que nuestras elecciones pueden acercarnos o alejarnos de Dios.
Decisiones Sabias
Rey Salomón: Cuando Salomón se convirtió en rey de Israel, Dios le ofreció cualquier cosa que deseara. Salomón pidió sabiduría para gobernar a su pueblo con justicia (1 Reyes 3: 9). Esta decisión complació a Dios, quien no solo le concedió sabiduría, sino también riqueza y honor. La sabiduría de Salomón no solo lo benefició a él, sino que también trajo paz y prosperidad a su reino.
Rut: La decisión de Rut de seguir a su suegra Noemí y aceptar al Dios de Israel como su Dios (Rut 1: 16-17) cambió su vida radicalmente. Esta elección de lealtad y fe la llevó a ser parte de la genealogía de Jesús (Mateo 1:5), mostrando cómo una decisión tomada con fe y amor puede tener un impacto eterno.
Decisiones Desacertadas
Rey Saúl: Saúl, el primer rey de Israel, tomó varias decisiones que lo alejaron de la voluntad de Dios. Uno de los momentos más críticos fue cuando ofreció un sacrificio en lugar de esperar al profeta Samuel, desobedeciendo las instrucciones divinas (1 Samuel 13: 8-14). Esta acción precipitada y desobediente llevó a que Dios rechazara a Saúl como rey.
Sansón: Sansón, aunque fue bendecido con una fuerza extraordinaria para liberar a Israel de los filisteos, tomó decisiones impulsivas y desobedientes, especialmente en su relación con Dalila (Jueces 16). Su incapacidad para discernir las intenciones de Dalila y su vulnerabilidad ante la tentación lo llevaron a perder su fuerza y, finalmente, la vida.
