Dios llama y da dones a los creyentes de forma diferente. Cada creyente es llamado a un servicio distinto, específico. Moisés fue llamado a un ministerio particular; María y Aarón al suyo.
Dios llama a cada uno de nosotros para servirle y servirle fielmente en el ministerio que nos ha dado (Romanos 12:6-8; Efesios 4:7,11-13; 1 Corintios 12:4-11; 4:2)